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Logopedia

En los niños con Trastornos Específicos del Lenguaje (T:E:L.) aparece una gran dificultad para adquirir el lenguaje de la forma natural. Sin embargo, y en contra de lo que pudiera pensarse, son niños con una capacidad cognitiva dentro de la normalidad y no presentan ninguna alteración orgánica sensorial ni motora. Asimismo, se encuentran en un ambiente adecuado y que estimula al niño.
Los problemas que estos niños presentan son variados. En algunos niños está afectada tanto la comprensión como la expresión del lenguaje. En estos casos es necesario realizar un diagnóstico diferencial con otro tipo de patologías como los trastornos autistas.
Otros niños T.E.L. solo presentan dificultades en la expresión, aunque pueden existir también leves dificultades en la comprensión. En estos casos, la pronunciación suele estar muy afectada, igual que el nivel y la complejidad de las frases que utilizan. También puede encontrarse afectado el vocabulario.
El diagnóstico se realiza a partir de la evaluación de distintos aspectos del niño y es más fiable a partir de los 5- 6 años. El tratamiento se realiza con los padres, el niño y el colegio. Aunque en general el tratamiento es intensivo y de larga duración, este depende de la gravedad del problema y de las dificultades asociadas que puedan existir.
Un niño presenta un retraso del lenguaje, cuando se retarda la aparición de las primeras palabras o frases o en los que aparece un retraso en la pronunciación. En los casos de retraso de lenguaje, los niños no presentan problemas de comprensión o si aparecen son poco importantes. En la expresión son niños con frases inmaduras, vocabulario pobre o con una pronunciación poco inteligible. Además, en paralelo, pueden aparecer también retrasos en otras áreas del desarrollo (motora, emocional, etc.)
En estos casos es importante diagnosticarlo y tratarlo con carácter preventivo, de tal manera que se debe consultar si un niño a los 2 años 6 meses no ha dicho su primera palabra o si a los 3 años 6 meses no ha dicho su primera frase. La importancia de esto radica en que con una intervención temprana y adecuada a las necesidades del niño, la respuesta al tratamiento suele ser rápida y favorable, con lo que se minimiza el riesgo de aparición de otros problemas (relación social, aprendizaje, etc.)
Un niño presenta un retraso fonológico cuando su lenguaje espontáneo es ininteligible, es decir, no se le entiende cuando habla. En general, en los casos de retraso fonológico, la única área afectada es la pronunciación. A nivel comprensivo no suelen aparecer dificultades.
Lo que los padres observan es que el niño habla de una forma muy infantil y alterando de forma significativa los sonidos del lenguaje. Incluso pueden llegar a decir la misma palabra de formas muy diferentes en distintos momentos (por ejemplo, una vez puede decir en vez de "mariposa", "paripota" y en otra ocasión, "mapirota").
El tratamiento es global y se implica también a la familia y el colegio. En el caso de niños con retrasos fonológicos, es importante extender la intervención hasta la el aprendizaje de la lectura y escritura, puesto que es común que estos niños también tengan problemas para adquirirlas.
Las dislalias son alteraciones de la pronunciación de algunos sonidos del lenguaje. En las dislalias, el niño no pronuncia adecuadamente un sonido (por ejemplo "RR" de "perro") y lo omite (dice "peo"), lo sustituye ("pelo" o "pego") o lo distorsiona (por ejemplo, "pedio"). Generalmente se dan estas dificultades en los sonidos de última adquisición (por ejemplo, /z/- /s/; grupos de la /r/, grupos de la /l/, /RR
La intervención suele ser muy efectiva y se soluciona sin dejar ningún tipo de secuela.
Se considera tartamudeo a la dificultad en la fluidez del habla; a mostrar dificultad en el flujo suave y fácil de palabras al hablar. Tartamudeo, asimismo se llama cuando una persona que repite o prolonga un número inusual de veces el sonido o titubea demasiado tiempo entre dos palabras.
Cuando emitimos la voz se produce la coordinación de tres aparatos: respiratorio, laríngeo y oral. La disfonía supone un desorden laríngeo, respiratorio u oral, de origen orgánico o funcional, que incide en el las cualidades específicas de la voz, afectando a su calidad en cualquier grado, exceptuando el total, en cuyo caso se denomina afonía.
Trastorno de la articulación de los sonidos causado por alteraciones anatómicas de los órganos del habla y sin tener un origen neurológico. La Disglosia ocasiona dificultades funcionales de los mismos, tales como: dificultades en la deglución, de pronunciación, respiración, etc.
La disartria es una alteración del habla, de origen neurológico, debido a una lesión en el sistema nervioso, produciendo un trastorno del tono, movimiento, incoordinación muscular o parálisis que va a dar lugar a dificultades en el control muscular de los órganos respiratorio y oral, en distinto grado.
La deglución es el desplazamiento del alimento desde la boca hasta el estómago. La deglución disfuncional se produce por movimientos inadecuados de la lengua y/o de otras partes que participan en el acto de la deglución, cuando el alimento se encuentra en la boca, sin que haya ninguna alteración anatómica en la misma, y consiguiendo la función de alimentación.
La dispraxia verbal supone un desorden expresivo, de origen neurológico, que interfiere en la articulación de los sonidos, sílabas y palabras. Tal desorden es ocasionado por una sutil lesión o falta de desarrollo en la zona motora del cerebro encargada de la programación de los movimientos de los órganos articulatorios.
Es un trastorno neuromotor, cuyos síntomas se mantienen siempre con el mismo grado de dificultad, debido a una lesión o una anomalía del desarrollo del cerebro inmaduro. La Parálisis Cerebral no permite o dificulta los mensajes enviados por el cerebro hacia los músculos, dificultando el movimiento de éstos. Estas dificultades de movimiento, están a menudo acompañados de problemas sensitivos, cognitivos, de comunicación y percepción, y en algunas ocasiones, de trastornos del comportamiento.
La Terapia Miofuncional es la especialidad de la Logopedia dirigida a prevenir, evaluar, diagnosticar e intervenir las alteraciones en las funciones orofaciales tales como la respiración, succión, deglución, masticación y habla por medio de la terapia muscular en combinación con la rehabilitación funcional.
Áreas de intervención
Patologías funcionales y de origen orgánico (dislalias, degluciones atípicas, respiradores orales).Daño cerebral con afectación de los órganos bucofonatorios (accidentes cerebro-vasculares (ACV), traumatismos craneocefálicos (TCE), disartrias, disfagias, etc).Malformaciones craneofaciales o bucales (fisuras labiopalatinas, síndromes congénitos). Postintervenciones maxilo-faciales, linguales, etc. Trastornos neurodegenerativos (parálisis faciales, Parkinson, Esclerosis lateral Amiotrófica).Niños prematuros.
En definitiva, cualquier alteración que ocasione un desequilibrio en el Sistema Estomatognático. Trabajo interdisciplinario En la Terapia Miofuncional se requiere y es imprescindible para llevar a cabo una evaluación e intervención adecuada la colaboración interdisciplinaria, ya que tratamos de solucionar aspectos que trabajan distintas disciplinas sanitarias. Entre ellas podemos encontrar: Otorrinolaringología. Odontología. Pediatría. Fisioterapia. Cirugía Maxilofacial, Ortognática, Estética, etc. Neurología. Psicología. Medicina Digestiva. Etc.
Cuando se da en adultos, se trata de una imprecisión articulatoria, caracterizada por movimientos inadecuados en cuanto a la velocidad y ejecución del habla. Suele ser debido a dificultades en el control del tono o reducción del movimiento de los músculos orales, así como a alteraciones anatómicas leves, dando lugar a una pronunciación alterada, cuya inteligibilidad dependerá del grado de dificultad que se presente.
Cuando emitimos la voz, se produce la coordinación de tres aparatos: respiratorio, laríngeo y oral. La disfonía supone un desorden laríngeo, respiratorio u oral, de origen orgánico o funcional, que incide en el las cualidades específicas de la voz, afectando a su calidad en cualquier grado, exceptuando el total, en cuyo caso se denomina afonía.
Consiste en una pérdida de la capacidad de producir o comprender el lenguaje como consecuencia de una lesión cerebral (accidente cerebrovascular o ictus, traumatismos craneoencefálicos o infecciones) en las áreas encargadas del lenguaje (hemisferio izquierdo). Dependiendo del área lesionada, se verá afectada la producción, la comprensión, o ambas.
La deglución supone el desplazamiento del alimento desde la boca hasta el estómago e implica la coordinación de múltiples mecanismos neuromotores. La disfagia indica una dificultad para tragar de manera segura de saliva, líquidos y sólidos, debido a la existencia de una alteración, orgánica o funcional, en el trayecto que sigue el alimento desde la boca al estómago. Suele estar asociado a otras patologías tales como enfermedades degenerativas, infartos cerebrales, tumores…
La disartria es una alteración del habla, de origen neurológico, debido a una lesión en el sistema nervioso, produciendo un trastorno del tono, movimiento, incoordinación muscular o parálisis que va a dar lugar a dificultades en el control muscular de los órganos respiratorio y oral, en distinto grado.
La dispraxia verbal supone un desorden expresivo, de origen neurológico, que interfiere en la articulación de los sonidos, sílabas y palabras. Tal desorden es ocasionado por una sutil lesión o falta de desarrollo en la zona motora del cerebro encargada de la programación de los movimientos de los órganos articulatorios.
Alzheimer
Es una enfermedad neurodegenerativa e irreversible, que se manifiesta con deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales (como la comprensión y expresión del lenguaje), a medida que las neuronas mueren, y diferentes zonas del cerebro se atrofian. No todo el cerebro está afectado, las lesiones se localizan en áreas bien definidas, lo que explica la sintomatología.
Parkinson
Es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta a las neuronas del área cerebral encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y los movimientos, y cuya causa es desconocida. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden incluir: temblor, rigidez, lentitud de los movimientos y problemas de equilibrio y coordinación. Esta enfermedad también desencadena alteraciones en la función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función autónoma.
Esclerosis Múltiple
Es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central que afecta al cerebro, tronco del encéfalo y a la médula espinal. La mielina, la sustancia que recubre las fibras nerviosas, resulta dañada, por lo que la habilidad de los nervios para conducir las órdenes del cerebro se ve interrumpida. Como resultado, las neuronas del cerebro pierden parcial o totalmente su capacidad de transmisión, causando los síntomas típicos como debilidad muscular, descoordinación en los movimientos y pérdida de masa muscular, dando lugar a dificultades para hablar, masticar, tragar y respirar, así cómo alteración de las funciones ejecutivas y conductuales, entre otros.
ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica)
Es una enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular, de causa aún desconocida y de evolución clínica muy variable, que desemboca en una parálisis muscular progresiva, debido a la degeneración de la motoneurona superior e inferior. Las motoneuronas son un tipo de células nerviosas que controlan el movimiento de la musculatura voluntaria y están localizadas en el cerebro y en la médula espinal. Algunos de los síntomas que se manifiestan son la debilidad muscular, dificultad de coordinación en algunas extremidades, problemas para hablar, masticar, tragar y respirar.